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En nuestro intestino existe un universo de especies bacterianas beneficiosas (80%) y perjudiciales (20%) que constituyen la denominada flora intestinal. Para evitar problemas en el organismo derivados de la alteración de esta flora, debemos de tratar de mantenerla en equilibrio.
Éste se puede alterar fácilmente tanto por factores internos (las secreciones intestinales) como por factores externos (dieta, estrés, uso de antibióticos, envejecimiento, etc.).
En este producto se han seleccionado cepas que se encuentran de modo natural en nuestro intestino ya que éstas presentan una mejor adaptación y mayor tasa de supervivencia y crecimiento.
Los lactobacilos son los que aparecen en mayor número en el intestino delgado y las bifidobacterias en el grueso. Una buena formulación de probióticos debe contar con una mezcla de ambas familias para cubrir todo el tracto intestinal.
Parece que las bacterias tienen una acción estimulante sobre el sistema inmunitario del huésped, ya que actúan tanto sobre las células implicadas en la inmunidad natural como en las relacionadas con la inmunidad específica.
Parece que los probióticos estimulan la actividad de los macrófagos. Todavía no conocemos los mecanismos. Sin embargo, sabemos que sólo las bacterias capaces de sobrevivir en el segmento gastrointestinal pueden actuar sobre la activación de los macrófagos. Además, parece que la presencia de los microorganismos probióticos favorece la reproducción de anticuerpos, especialmente las lgA secretoras en el lumen intestinal. Las lgA pueden inhibir la adherencia de las bacterias patógenas a la superficie de las mucosas.
Gracias a su acción sobre el sistema inmunitario, las bacterias lácticas se podrían utilizar con fines de prevención contra las infecciones intestinales, como protección contra daños relacionados con el sistema inmunitario, como inmunomoduladores.
Composición por dosis diaria:
Modo de empleo:
Tomar de 2 a 3 cápsulas al día, repartidas durante las comidas.
Presentación:
Envase de 60 cápsulas.
